DECIDIR CON LA CABEZA O EL CORAZÓN
Veamos ¿Qué guía tus decisiones, tu juicio o tus emociones? El impulso por el que nos asusta tanto tomar una decisión es porque elegir envuelve, por dilucidación, rechazar las demás opciones y, por tanto, cerrar la puerta a más posibilidades. Cerrar la puerta a varias posibilidades por el hecho de haber tomado una sentencia; nos origina la misma sensación de dolor que cuando perdemos algo. El desasosiego a esa sensación es lo que nos frena. Impidiendo que nos comprometamos con un nuevo trabajo o una relación. La generalidad de las decisiones son una cuestión de cabeza contra corazón. Las decisiones mentales se toman con el hemisferio izquierdo del cerebro. Son analíticas y unidimensionales, centradas en la ideología consciente, lógica y racional. Las decisiones del corazón se toman con el hemisferio derecho del cerebro. Son enternecedoras y nacen de nuestros sentimientos e intuiciones. Llegamos a ellas auscultando nuestra voz interior, visualizando las variadas alternativas, lo que im...
