TEN PRECAUCIÓN CON LAS JOYAS QUE HEREDAS


Seguramente todos nos hemos puesto una joya, ya sea un anillo, una cadena, esclava, etc. Las joyas poseen la energía propia del metal con que están hechas, además de la energía que atrapan las gemas, las joyas se impregnan de energía de la vida y pensamiento de la persona a la que perteneció y la intención de la persona que la regaló. Las joyas guardan información energética del dueño anterior, estilos de vida, enfermedades, estados de ánimo, sentimientos y emociones.

Esto debería de importarnos pues muchas veces no lo comprendemos, como ejemplo se repiten patrones de vida de abuelas a madres y a nietas, cierto ejemplo fue una historia de la cual tuve conocimiento:

“Esa dama comentó que en su familia todas han terminado siendo madres solteras, y además todas heredan un collar de perlas y ha sido así por generaciones”.

Resulta que las joyas se impregnan de energía personal y casi siempre esa energía es incompatible con el nuevo portador-heredero de esa joya. De ahí que antiguas civilizaciones enterraran a sus difuntos con sus joyas usadas en vida.
Son bastantes famosas las maldiciones de algunas joyas reales, que acarrearon tragedias a quien las heredó o usó. Se debe tener precaución con los remates de joyas presentados por casas de empeño, pues adquirir una joya antigua a precio de ganga resulta tentador, pero desconocemos que infortunios padeció su antiguo dueño; y esta prenda estará con carga energética negativa. 


¿Qué hacer al heredar una joya de la cual sabemos los infortunios por los que pasó su dueño? 

Hay varias alternativas, una es lanzando la joya a un lago o el mar, vendiéndola y con ese dinero hacer una obra de caridad, con esto liberamos el karma y nos desharemos de cualquier energía negativa, otra alternativa es pidiéndole a un joyero que funda la pieza si esta es valiosa por el metal que contiene como oro pues se puede rediseñar la joya. El fuego renueva y purifica.

A parte de eso se debe purificar energéticamente la prenda con los cuatro elementos: fuego, tierra, aire y agua. Dejarla al lado de una vela violeta encendida toda la noche, enterrarla en arena dentro de una cajita de madera antes del amanecer, luego retirarla y rociarla con agua pura, y pasarla por incienso. Sostenla con tu mano dominante si eres zurda o derecha, o el caso de los caballeros lo mismo, luego acercar la joya al corazón y pronunciar: “esta joya es mia y deseo que pertenezca a mi vida hasta que Dios lo disponga”. A partir de ese momento se podrá usar o guardarla como inversión.


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