LAS CASUALIDADES PARECEN ESTAR ORGANIZADAS



Con el ajetreo diario apenas nos detenemos para observar nuestro entorno; y de esta manera percatarnos de las vicisitudes maravillosas que nos suceden.
Como las casualidades, las sincronicidades han acompañado a los seres humanos en todas las épocas, pero hay una diferencia, y es la interpretación que se da sobre su origen. En la Grecia antigua las consideraban “organizadas” por los dioses del olimpo, pero en la actualidad se pueden definir como coincidencias con significado para las personas que las viven.


Somos seres con conciencia en búsqueda de significado

Hay objetos o ciertas situaciones a las cuales parecemos atraer, por ejemplo, en el Tíbet para confirmar la reencarnación de algún alma, colocan el infante frente a muchos objetos con ciertas similitudes, solo uno de ellos le perteneció en la vida anterior, los reencarnados logran identificar lo que les perteneció, todas las sincronicidades se originan en un plano fuera de la conciencia, y posteriormente caemos en cuenta de ellas cuando meditamos o reflexionamos sobre el día que tuvimos.

Una realidad seria que parecen estar organizadas por un plano superior de conocimiento con una intención. El “darnos cuenta” tiene diferentes etapas. En primera instancia, es necesario que el entorno esté preparado. Es difícil recibir una sincronicidad si no nos hallamos en un estado de “energía excitada del alma”; si no lo conseguimos de manera consciente, la sincronicidad para revelarse necesita de una activación, y esa sería a través de situaciones arquetípicas (muerte, enfermedades, problemas económicos, etc). Durante esas activaciones es cuando universalmente nos replanteamos los valores de la existencia. Esos fenómenos poseen un mismo origen, ten en cuenta que en el principio del tiempo, o sea de este universo, todos formábamos parte de un mismo ser, y tras el big bang o la gran explosión que originó la materia y el tiempo, nos separamos, pero aún así seguimos estando conectados por una conciencia divina.

Esto se ha demostrado porque el mecanismo de la sincronicidad tiene relación con los fenómenos de la física cuántica. Dos partículas que hayan estado asociadas en un estado análogo de fase (es decir, que hayan cooperado un mismo estado cuántico) consiguen bajo determinadas condiciones, “conectarse” entre ellas repentinamente, sin importar lo retiradas que se encuentren entre sí. Es innegable que todos nosotros y la vida en sí, estamos compuestos por partículas y ellas son a su vez energía; somos mucho más que eso: estructuras complejas con conciencia.

El propósito de las sincronicidades es espiritual, es el dispositivo por el cual la divinidad establece un dialogo directo con cada uno de nosotros, pero lo hace a través de hechos materiales y no en palabras, para colaborarnos en nuestro avance espiritual.


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