ORTOFONÍA



La sanación sonora

Trabajar con los sonidos de nuestra propia voz para devolver a nuestro organismo su equilibrio natural. Una terapia inocua que puede ayudarnos a vencer muchos traumas.

“La verdadera felicidad es aprender a amar con tal elevación de espíritu como para lograr la fuerza de oponerse al sufrimiento”. Una felicidad que por diversas causas no siempre logramos alcanzar. Y esto se refleja a través de la voz, pero si el sonido de nuestra voz es capaz de delatar como va nuestra vida, no es menos cierto que también está demostrando ser una potente y eficaz herramienta contra todo tipo de dolencias físicas y anímicas.

Mediante la ortofonía es posible movilizar, transformar y destruir algunas energías, logrando así restablecer el equilibrio y propiciar cambios a distintos niveles. Las posibilidades comienzan con el desbloqueo de los chakras, y que tienen claros efectos a nivel mental y emocional para superar los traumas. Al parecer el sonido adquiere ciertas formas según se organice, por ejemplo si el agua al congelarse recibe ciertas vibraciones provenientes de palabras, música u objetos. Frases como paz, amor o alegría el agua tomara formas geométricas muy equilibradas, pero si se usan frases como guerra u odio el resultado será trazos absolutamente sin forma.


¿Cómo puede un método tan simple lograr resultados tan espectaculares?

Muy simple: el sonido es capaz de traspasar fronteras y actuar sobre otros planos. Con el sonido podemos sentir tanto vibraciones físicas como más sutiles a través del oído y la piel, a nivel sensorial logrando desarrollar la capacidad de escucha a todos los niveles del ser humano. Gracias a este método, es posible movilizar y transformar o destruir energías descomunales. Así restablecemos equilibrios y propiciamos cambios importantes a nivel físico, mental, emocional, espiritual y karmico. Como consecuencia puede llegar a producirse incluso un cambio de conciencia. Una evolución íntimamente relacionada con la transformación de los conceptos. Estas vibraciones nos redescubren una de nuestras facetas más innatas:

La voz es un placer para el cuerpo, un placer que generalmente no nos permitimos. La música de nuestra voz, nos devuelve a aspectos de nosotros mismos que hemos dejado enterrados. Cantar y contar es algo expresivo, artístico, expansivo. Comunica nos expresa, nos sana y sanamos al otro.


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